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conferencia sobre periodismo y datos

Periodistas obligados a reinventarse ante cambios en la comunicación

Hace pocos años durante las horas de mayor tráfico, el cielo de las grandes ciudades era surcado por todo tipo de helicópteros. Desde ellos los periodistas reseñaban el estado del tránsito en las principales avenidas. Cuando en el cine o en un programa de televisión se iba a realizar una toma aérea, las cuales no eran muy comunes, se necesitaba un helicóptero y un buen camarógrafo. En la actualidad basta con una aplicación para conocer el estado del tráfico y con un drone y un celular, se pueden grabar excepcionales imágenes, de una forma mucho más cómoda, más económica. 

El periodista, así como el camarógrafo y el piloto del helicóptero, perdieron una manera de ganarse la vida. En su lugar existe ahora un nuevo oficio; el de piloto de drone. 

Los periodistas y las nuevas formas de informar

El cambio que tocamos en el ejemplo anterior es apenas uno de los cientos que hemos visto en el área de la comunicación. Muchos periodistas se sienten abrumados frente a la realidad mediática que trajo Internet. Las oficinas de redacción en los periódicos han reducido sus tamaños. La forma de escribir es otra, ahora  son otras las reglas de redacción web, basadas en SEO (Search Engine Optimization). 

El acceso a publicar en medios de comunicación se ha masificado. Si bien un diario digital sigue siendo una empresa costosa, no lo es tanto como uno impreso. Son muchas las iniciativas de este tipo, que se han convertido en una verdadera alternativa frente a los diarios tradicionales.  Las redes sociales y canales como TikTok y Youtube son fenómenos de comunicación mediática. Con la aparición de los influencers, existe un nuevo tipo de comunicador que se convierte en toda una celebridad. Un comunicador que no necesariamente es periodista. De hecho, el top de los influencers con más seguidores en el mundo no incluye a ningún periodista.

Muchos de estos influencers lo son porque ya son celebridades en otras áreas, el caso de Cristiano Ronaldo que lidera Instagram con casi 390 millones de seguidores. De Barak Obama a la cabeza en Twitter con 130 millones de seguidores. Pero encontramos a influencers como Khaby Lame, el italiano de origen senegalés que -desempleado y sin dinero durante la pandemia- comenzó a crear contenidos en TikTok, alcanzando en apenas dos años a más de 125 millones de seguidores. 

Esta nueva realidad de la comunicación, gracias a Internet, tiene tres ejes. Producción de muy bajo o casi ningún costo, redes de publicación de libre acceso y uso de tecnología simplificada; creada para usuarios comunes. Hace apenas dos décadas pensar en que alguien como Khaby, solo con gestos y sin decir una palabra, sería visto por 125 millones de personas era imposible. En ese entonces para producir sus vídeos, él hubiese tenido que convencer a una empresa productora, explicarles su idea, desarrollar un guión, hacer un piloto, ir a incontables reuniones con ejecutivos. Además hubiese necesitado capital y conocimientos del área audiovisual. Pero en la actualidad fue suficiente para Khaby contar con un móvil inteligente y mucho ingenio.

Conferencia de prensa del premio Nobel en el año 2010

Los periodistas están obligados a reinventarse 

Al igual que Khaby  todos pueden acceder a las redes sociales, que a la larga son plataformas de comunicación. La tecnología está a disposición de cualquiera y su uso se simplifica cada vez más. En pocas palabras; “toda persona es un potencial comunicador”. Cada vez son más los sucesos importantes que no son difundidos por periodistas. Es así como la intermediación de la industria periodística que influía de manera tan determinante en la opinión pública, se ha debilitado. Lo que obliga a los periodistas a reinventarse, considerando ahora los nuevos medios digitales y los nuevos lenguajes de escritura, directos y simples.

Se podría pensar que este cambio significa el fin del oficio de periodista. Pero nada más lejos que eso. Probablemente sea el fin de una forma de hacer periodismo. Lo que ya ha ocurrido en esta profesión a lo largo de su historia. Es verdad que al igual que en el ejemplo del drone, existen áreas del periodismo que irán perdiendo sentido. Pero surgen otras que abren nuevas oportunidades.

Crear contenidos, una oportunidad para el desarrollo profesional

Las mismas exigencias de la web y las redes generan una demanda cada vez mayor de contenido; gráfico, audiovisual y de textos. Cada iniciativa digital, emprendimiento, blog, etc, requiere contenido para posicionarse. Pero no es cualquier contenido. Los lectores se han vuelto más exigentes en cuanto a lo que buscan. No bastan las superficialidades escritas a lo largo de interminables párrafos por los que discurre una información obvia. Ahora buscan contenidos útiles y realmente diferentes. Los textos, no solo deben ser fáciles de leer en formato digital. También deben estar optimizados para que los buscadores los reconozcan.

La creación de contenidos es un nicho de oportunidades para los periodistas. En la web existe mucho contenido de mala calidad, repetitivo y dudoso. Al principio los textos vacíos funcionaban para posicionar a las páginas web, pero hoy en día los bots y el algoritmo de los buscadores han sido perfeccionados, a tal punto que ese contenido repetitivo es penalizado.  El prestigio de una marca, la seriedad con la que se puede percibir a un proveedor digital, la valoración que logra alcanzar un portal, dependen de la calidad de sus contenidos. 

Un buen copy, una campaña publicitaria muy bien segmentada llevarán lectores a una página web. Pero si el contenido no está a la altura, así como llegan se van y los que se van difícilmente vuelven. Por eso es tan importante el buen contenido que en resúmen se convierte en la verdadera imagen de una propuesta digital. Únicamente con textos profesionales se garantiza la calidad que se requiere para tener éxito en el competitivo mundo digital. 

Cuando hablamos de contenidos, hablamos de calidad.

Un texto verdaderamente profesional solo puede ser creado por alguien que posee la experticia y las herramientas conceptuales necesarias para producirlo. Un periodista, un escritor, un docente de letras, junto a otros profesionales de áreas afines son idóneos para asumir esta tarea. Dejar esa responsabilidad en manos de alguien que no ha sido formado en el área y cree que copiando, pegando y editando un poco va a crear un texto útil para atraer lectores y posicionar una página web, es una pérdida de tiempo, esfuerzo y dinero.

Es verdad que aún los periodistas no han logrado aprovechar todo el inmenso campo del contenido web. Tampoco los ejecutivos digitales han entendido la importancia de contar con contenidos de calidad y no pagan lo que realmente merece un profesional del área. Pero no tardará mucho tiempo en que la exigencia de los usuarios basada en la demanda de mejores contenidos obligue a que esta situación cambie. 

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